Alergia a los Animales
Alergias (Alergia a los Animales)
Debido a la mayor presencia de animales domésticos en nuestros hogares se van registrando cada vez más casos de reacciones alérgicas a ellos. Prácticamente todos los animales de pelo y pluma pueden ocasionar alergias (conejos, cobayas, hámster, monos, perros, gatos, loros, canarios, periquitos, etc.). Las que menos alergias ocasionan son las tortugas, peces y, en menor medida, serpientes, camaleones e iguanas.
El porcentaje más elevado es al gato y al perro pero la presencia en las casas de mascotas exóticas también están disparando los casos de sensibilidad. La alergia se debe a unas proteínas que se hallan presentes en la piel, el pelo, las lágrimas, la saliva o la orina de estos animales y que al secarse y pulverizarse quedan flotando en el aire y entran en contacto con los habitantes de la casa (a través de las mucosas de nariz, ojos, boca y bronquios o la propia piel). Aunque la mayoría de las veces las reacciones ocurren a los pocos minutos del contacto con los alergenos, en algunas personas también pueden tardar en desarrollarse varios días, meses e incluso años y puede permanecer hasta medio año después de dejar de tener contacto con el animal si no se han realizado algunas tareas de limpieza en el domicilio.
Los síntomas más frecuentes son reacciones locales en la piel (ronchas, prurito e incluso eccemas), rinitis (con rinorrea, estornudos, picor) conjuntivitis, asma (dificultad para respirar, espasmo bronquial, tos) y, como las demás alergias, puede ocasionar en estadios graves anafilaxia llegando incluso a dañar órganos corporales si no se trata a tiempo por profesionales.
Tratamiento
El mejor tratamiento si la alergia es seria es sacar al animal del ambiente de la persona alérgica. Retirar al animal del domicilio no es sinónimo de un éxito inmediato. Los alérgenos del animal pueden permanecer en la casa mucho tiempo después de que la mascota haya salido. Si se trata de un gato, por ejemplo, los alérgenos persisten un promedio de 20 semanas después de haberlo sacado de la vivienda. Esto se debe a que las proteínas alergénicas de los animales tienen una gran capacidad para pegarse en los muebles y la ropa.
Si fuera de carácter leve se aconseja la utilización (ingesta, vía tópica, oftálmica o nasal según la necesidad) de algún antihistamínico. Incluso se utiliza la inmunoterapia (si no se puede evitar el contacto con los alergenos) en algunos casos con la aplicación de vacunas específicas con buen resultado.